Hoy en día los datos contenidos en los soportes digitales son uno de los factores de valor más importantes de la organizaciones empresariales y administraciones. Desde datos de carácter personal hasta datos comerciales estratégicos, tanto de producto como de clientes, y otros varios en función de uso que se le haya dado al activo informático dentro de la organización.

Todo esto conlleva una gran responsabilidad y sus conexiones pueden ser diversas. El tenedor de los datos se hace responsable de los mismos hasta la fase final de destrucción y eliminación. La gestión final tanto del activo informático como del residuo debe llevar implícita el cumplimiento de la Normativa Medioambiental y de Protección de Datos. El incumplimiento de esta normativa puede acarrear graves consecuencias a las organizaciones y a sus responsables.

Se hace imprescindible tener políticas y protocolos que ofrezcan garantías a las empresas de que sus datos y activos se gestionan de forma segura, cumpliendo con las normativas legales existentes en cada momento.

Las organizaciones deben ser selectivas a la hora de identificar que empresas le ofrecen todas garantías en el cumplimiento de esta normativa.